Raquel Díaz: "En el Bierzo se están llevando muchas sorpresas porque no estoy ni muerta ni loca"

La víctima de las agresiones de Pedro Muñoz se siente "aliviada" tras la sentencia condenatoria al expolítico y confía en que se le castigue "como merece"

Susana Martín
Viernes, 12, Enero, 2024
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Mientras espera y desespera en un centro geriátrico la noticia que le comunique si por fin consigue plaza en un centro adecuado a su edad y condiciones físicas, Raquel Díaz (Villablino, 1976) ha recibido esta semana "feliz" la sentencia condenatoria a quien fue su marido, el exconcejal de Ponferrada Pedro Muñoz, a quien la Audiencia Provincial de León ha sentenciado 16 años y 11 meses de prisión. La víctima recurrirá hasta que se le castigue "como merece". A pesar de todo, reconoce sentirse "aliviada" y está deseando "volver a vivir en libertad". "Yo ya he sufrido bastante, ahora voy a vivir", dice con una sonrisa inmensa.

- ¿Cómo has recibido la sentencia?

- Lo primero que sentí cuando mi abogado me lo dijo fue un gran alivio. Me eché a llorar. Porque aunque Patiño me dijo que no habíamos conseguido una condena por asesinato u homicidio en grado de tentativa, esa condena privativa de libertad de casi 17 años y esa indemnización por la responsabilidad civil son para estar muy satisfechos. Aunque no fuera nuestra petición, sentí por primera vez alivio, me sentí como liberada de que algo por fin ha acabado, y casi hemos esperado cuatro años a este momento. Los recursos demorarán la firmeza de la sentencia, y yo quiero que esto se termine de una vez, pero bueno, tendré que tener un poquito más de paciencia.

- La defensa de tu agresor ya ha anunciado que también recurrirá. Les parece injusta la sentencia.

- (Se ríe) Me parece muy gracioso que les parezca injusta a ellos... Él intentó asesinarme, así que esta condena claro que no es justa. No sólo me tiró por la terraza, es que luego salió con un palo y se puso a arrearme con él y patalearme. Si fuera un enfermero como dios manda y no quisiera matarme, lo que tenía que haber hecho si me hubiera encontrado en el suelo como él describe en su mentira, era llamar inmediatamente al 112 y no tocarme. Tardó horas en llamar a emergencias, y no les llamó porque quisiera salvarme a mí sino para intentar salvarse él de lo que me había hecho, que bien sabía él todo lo que me hizo esa tarde.

- Tu abogado también ha anunciado que recurriréis.

- Vamos a pelear hasta el final por una sentencia que refleje lo que de verdad me hizo en la 'finca de los horrores', que es exactamente lo que yo relaté al tribunal durante el juicio y lo que te he contado en varias entrevistas. Y es verdad que en la instrucción, hace más de tres años y medio, yo no conté con detalle todo lo que había pasado, porque estaba viva de milagro, pero me he recuperado y cada vez estoy mejor, y la propia sentencia da veracidad a mi testimonio, así que no estoy loca ni fabulo, señores, sé muy bien lo que digo, aunque a veces no recuerde todos los detalles.

 - Dijeron que fabulabas, Raquel, y la sentencia efectivamente recoge que el Tribunal da credibilidad a tu testimonio en la vista oral.

- Eso lo dijo uno de los "amigos poderosos" de Pedro Muñoz, Arturo Pereira, el intendente de la Policía Local de Ponferrada, a quien me gustaría decir que se atenga a las consecuencias de sus acusaciones, porque yo nunca dije nada inventado, era verdad que si llamaba al 112 nadie venía a auxiliarme, como me advertía mi marido y como ocurrió el 13 de marzo de 2018. Todo ello lo vamos a intentar demostrar en sede judicial, y veremos entonces quién fabula aquí, porque yo no.

- También hay otro procedimiento abierto en el juzgado número 6 de Ponferrada por la intención de Muñoz de donar todos sus bienes a sus hijos, aunque al final no consiguió que prosperase esa donación.

- Su intención era un evidente alzamiento de bienes. Habría sido advertido de que tendría que pagar la responsabilidad civil si resultaba condenado, más los gastos sanitarios en León y Toledo, y él no quería pagarme nada, como hizo con el dinero de la boda y como hacía con todo.

- ¿De dónde va a sacar 1,5 millones de euros para indemnizarte?

- Me imagino que pensará en pedírselo a sus "amistades peligrosas", o a la nueva pareja de su hija. No le queda más remedio que pagarme, o tendrán que embargarle sus propiedades, como la 'casa de los horrores' y el apartamento de Santo Tomás de las Ollasy todo lo que tenga, y parte de su pensión.

 - ¿Qué te ha llamado más la atención de la sentencia?

- Que al darse a conocer, la mayoría de las personas han sido muy empáticas y estoy recibiendo muchísimo apoyo. La gente lamenta que la condena no sea mayor, por lo que me ha hecho. Me he sentido muchísimo más apoyada de lo que imaginaba, pero por muy grande que sea su condena, eso no me va a salvar de estar como estoy. Me levanto cada mañana y es una lucha constante entre lo que era mi vida y en lo que me la ha convertido él ahora, y eso no hay condena ni indemnización que lo arregle, a mí sí que me ha condenado de por vida.

- Has contado que en este tiempo te ha dolido mucho que demasiados te dejaran muy sola, que quizá otros te daban por muerta.

- En el Bierzo se están llevando muchas sorpresas porque no estoy ni muerta ni loca. La soledad que he sentido en estos años ha sido terrible. Parecía que todos me daban por muerta: mis amigos, mis compañeros abogados y mis compañeros de Coalición por el Bierzo, que tanto el agresor como yo habíamos cofundado. Jamás se han puesto en contacto conmigo, ni con mi familia, ni han intentado hacerlo.

- Pues este viernes han sacado un comunicado en Coalición por el Bierzo donde dicen que "están profundamente asqueados por haber compartido espacio con Pedro Muñoz". 

- Es el culmen de lo que es la política de mierda en la que vivimos. Ahora quieren quedar bien como partido, pero les importa una mierda cómo estoy yo. Y ese primer comunicado que sacaron en 2020 fue una vergüenza, querían quedar bien con él y pasaron de mí, que era la que me debatía entre la vida y la muerte. Aunque se apoyaran en la presunción de inocencia, ¿qué pasa conmigo? ¿Y cómo dicen que yo era compañera hasta 2016? Siempre querían quedar bien con el mandamás. Ese comunicado lo hizo Quintana, que ha sido siempre la marioneta de Pedro Muñoz y es evidente que el caso le ha quedado grande, y prefiero no decir más de alguien que me merece tan poco respeto.

- ¿Sigues buscando un centro adecuado?

- Como estuve unos días en un centro magnífico en León, volver a centros para ancianos o enfermos psiquiátricos me ha costado un trabajo atroz. Así que ahora lo principal es conseguir un centro donde pueda estar bien y pueda ayudar a otras víctimas.

- ¿Tras la sentencia, ¿has recibido más muestras de apoyo?

- Echo de menos que hablen todos los que decían que iban a hablar cuando hubiera sentencia, todos los políticos, abogados e instituciones que apelaban estos años a la presunción de inocencia y ahora siguen callados. ¿Por qué no hablan? ¿Siguen con miedo? ¿Qué quieren tapar? Porque en el Bierzo hay demasiados que tienen mucho que callar, demasiados favorcitos, quizá. Vamos a ver si en el Ayuntamiento de Ponferrada se acuerdan de mí antes de que pasen 20 años, como hicieron con Nevenka, que en 2023 le pusieron una rotonda, después de tantos años de ignorar su sufrimiento.

- ¿Cómo te planteas tu futuro?

- Quiero volver a ser libre cuando el condenado ingrese en prisión. Llevo encerrada cuatro años, como si la condenada fuera yo y estuviera presa por hacer algo malo. Hace unas semanas fui a una terraza de León a comer y para mí fue algo extraordinario. Quiero volver a hacer esas pequeñas cosas, y también tengo sueños: salir a dar una vuelta, hacer un pequeño crucero, ir a la playa, conseguir una silla que me dé más movilidad, volver a Toledo para hacerme una revisión de mis lesiones y saber si hay avances en la ciencia sobre mis vértebras destrozadas.

- ¿Más sueños?

- Comprar un piso a mi hija Cris y recuperar la relación que tenía con ella antes de conocer al agresor, comer una mariscada con mi amiga Belén, mi abogado y otra amiga nuestra; ir al cine con amigas, ver a mis hermanos, dar un paseo con mi sobrino Ian, ver a mi sobrina Alma, conocer a mi sobrino Martín, ir a una tienda de ropa en la que pueda entrar y poder elegir algo que me guste, ir al gimnasio y tener actividad física, como hice siempre y echo de menos mucho, aunque ahora no pueda correr. También quiero seguir trabajando en dos grandes proyectos que estamos preparando que cuentan mi historia y ayudarán a otras víctimas de violencia de género, que no son sólo las mujeres asesinadas. Me encantaría dar charlas y concienciar a la sociedad de lo terrible que es esta lacra de la violencia de género, y contar mi experiencia y pedir a todas esas mujeres que están como yo estaba, aterrada, que se larguen de casa si están sufriendo y que denuncien, que vayan a la comisaría y denuncien.

- Cuando llegue la rutina, ¿en qué más quieres ocupar tu tiempo?

- Me encantaría volver a cantar, una de mis pasiones, tocar el piano y recuperar el mío, que el agresor nunca me lo entregó, se quedó en la 'casa de los horrores', la de Toreno.

- Tú que eres abogada, ¿cómo de importante ves tener un buen letrado para defender los intereses de quien necesita protección jurídica?

- Es la clave de la tranquilidad, a mí me ha pasado. Mi abogado me ha dado tal calma que no tengo palabras, es una auténtica maravilla. Estuve tres años representada por un compañero de Ponferrada que nunca me vino a ver ni me facilitó información sobre lo que estaba ocurriendo, que hasta me decía que me callara cosas que yo le contaba "porque no eran importantes", y al ver el sumario me avergoncé de lo que encontré, por eso quise cambiar de abogado. Felipe Patiño ha sido clave en todo esto, confío totalmente en él y en su criterio, y siempre le estaré agradecida por su labor profesional y humana. Es impresionante la ayuda que he recibido por parte de unas cuantas personas que me han apoyado tantísimo en este tiempo, ellos saben quiénes son. Y quiero dar las gracias también por el apoyo mediático que está teniendo mi caso, y tú sabes que no ha sido fácil porque ha pasado de todo. Sin los periodistas, sin esos profesionales de la información que hacéis vuestra labor a pesar de las presiones, yo no habría podido llegar hasta aquí, así que infinitas gracias por no dejarme sola y arroparme tanto, porque yo había perdido las ganas de vivir y unas pocas personas me recordaron que la vida siempre es un privilegio que merece la pena ser vivido.

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