Toros de la Quinta sin fuerza ni raza en el cierre de Santander

El cierre de la feria de Santiago ha sido realizado con un broche no de oro como se presumía sino de latón corriente y moliente

Jesús López Garañeda
Sábado, 27, Julio, 2024

De lo que fue aquello hace unos años a lo que hoy se ha dado como cierre de la Feria de Santiago media un abismo de bravura, raza y acometividad. Y todo porque los toros de la Quinta ni han servido a la emoción, ni mucho menos, tal y como se espera siempre de una corrida de toros. Esta vez el mano a mano entre Perera y Daniel Luque ha sido todo un fiasco por mucho que lo queramos pintar de mala suerte. No ha faltado demasiado para ser otro pan sin sal en la cabaña brava en esta tarde de toros. Y como dice Fernando Cuadri cuando te los matan las figuras, algo se está haciendo mal.

Lo cierto es que a esta ganadería no la han sacado de tipo pero los cárdenos de Santa Coloma de esta tarde en Santander han cerrado una página rayana casi, casi en el aburrimiento, salvada por el quinto de la tarde 'carretero' de 485 Kg de peso al que dejaron entero tras ir al caballo y recibir un ligero pinchazo del varilarguero. Lo había recibido Miguel Ángel Perera de rodillas en el tercio para calentar el ambiente que ya se le quedó indiferente por la frialdad en los dos anteriores. Tras brindar al público le cita desde el centro del platillo con un pase cambiado y luego le instrumenta una faena larga con unos redondos finales muy aplaudidos. Este toro fue el que más se movió de todo el encierro y Perera puso su voluntad y torería en derechazos templados y mandones, recibiendo el reconocimiento de los espectadores. Con la oreja ganada, se perfiló para la suerte suprema, pero ¡ay!, le arrea un feo metisaca. De nuevo pincha al burel y recibe el aviso del palco. Una vez apuntillado el toro, el público premió con una ovación al torero de Puebla del Prior que se fue de Santander con la miel en los labios y como había venido ya que con 'orejón', el primero de la tarde, flojo de remos y echando la cara arriba y después con «trianero«, un toro de fenotipo hermoso, estuvo muy confiado, aunque lo despachó de una estocada trasera y caída.

Daniel Luque también entró con 'capitán' que fue de largo al caballo y en banderillas achuchó a uno de los subalternos rompiéndole el pantalón, Solo anoto una buena serie con la izquierda, aunque mandó callar la música que se arrancó para amenizar la faena. El toro se deshizo como un azucarillo con lo que empezó a correr la galbana por el espectáculo. Lo despachó de estocada y recibió la ovación del generoso y buen público de Santander, expectante y deseoso de ver triunfar a los toreros.

Con 'milano', el cuarto de la tarde muy bien pareado por Iván García asomándose al balcón y colocando los los rehiletes perfectamente, Luque intentó enseñar a embestir al ejemplar, pero el animal, bajo de fuerza, iba y venía. El diestro tiró el estoque para torear sin ayuda ofreciendo un cambio de mano aplaudido. Pinchó arriba, recibió el aviso y consiguió una entera, en tanto el público le ovacionó correspondiendo el torero con saludos desde el tercio.

Frente al que cerraba plaza otro desrazado muy protestado por el público, pasó sin pena ni gloria.

En fin. El cierre de la feria de Santiago ha sido realizado con un broche no de oro como se presumía sino de latón corriente y moliente. Lástima.

Y a los lectores de TRIBUNA VALLADOLID gracias por seguir estas crónicas de una feria a la que volveremos, si Dios quiere, el año que viene. Laus Deo.

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