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Disciplinas como el barre y el hot yoga se posicionan como entrenamientos completos, funcionales y que además de cuidar la musculatura y la postura corporal incorporan un enfoque de bienestar al deporte.
En la búsqueda continua por mejorar la condición física y el bienestar general, cada vez más personas están optando por nuevas formas de ejercicio que no solo fortalezcan su cuerpo, sino que también aporten equilibrio mental y emocional, donde estas dos disciplinas se convierten en las favoritas.
Ambas son disciplinas deportivas que han capturado la atención de quienes buscan un enfoque integral para mejorar su bienestar físico y mental. Mientras que el barre ofrece un entrenamiento muscular enfocado en la tonificación y la postura, el hot yoga proporciona un ejercicio más holístico que combina fuerza, flexibilidad y desintoxicación.
Se trata de una disciplina de ejercicio que combina elementos de ballet, pilates y entrenamiento funcional, con un nombre que proviene de la barra de ballet, un elemento esencial en las clases de barre, que se utiliza como soporte para realizar una variedad de ejercicios que se centran en pequeños movimientos isométricos.
A diferencia de otras formas de entrenamiento, se enfoca en la tonificación muscular y la mejora de la postura, sin necesidad de grandes equipos o pesas, y aunque es el deporte de moda por excelencia que aterriza en gimnasios especializados de las grandes ciudades, es una disciplina con historia.
El barre se originó en los años 50 cuando Lotte Berk, una bailarina alemana que residía en Londres, decidió fusionar su entrenamiento de ballet con ejercicios de rehabilitación después de una lesión en la espalda a través de un sistema que combinaba movimientos de ballet con ejercicios de fuerza, y así nació el método barre.
Es una variación del yoga tradicional que se practica en una sala calentada a temperaturas elevadas, generalmente entre 35 y 40 grados, con una humedad controlada que puede alcanzar hasta el 40%.
Esta disciplina combina las posturas clásicas del yoga (asanas) con los beneficios de una sudoración intensa, promoviendo la desintoxicación del cuerpo y la eliminación de toxinas mediante el sudor, la flexibilidad y la concentración mental.
Esta variedad del yoga se originó en la década de 1970 gracias a Bikram Choudhury, un yogui indio que desarrolló una serie de 26 posturas que se practican en una sala climatizada.
Esta forma de yoga, conocida como Bikram Yoga, rápidamente ganó popularidad en todo el mundo, aunque hoy en día existen muchas variantes del hot yoga que no siguen necesariamente las secuencias de Bikram, pero mantienen la práctica en salas calientes.